Serbia, Rusia y la Guerra en Ucrania: Un Análisis Antropológico e Histórico desde la Perspectiva Serbia

El conflicto en Ucrania ha reavivado complejas dinámicas geopolíticas y sociales a nivel global. Serbia, un país con una historia intrincada y una relación particularmente ambivalente con Occidente, se encuentra en una posición de particular interés. A pesar de su deseo de ingresar en la Unión Europea, una parte significativa de la población serbia muestra un apoyo abierto a Rusia y a la política de su presidente, Vladimir Putin, una postura que desafía las sanciones internacionales y genera debate. Este artículo se adentra en las raíces históricas, culturales y antropológicas que explican esta afinidad, analizando cómo los traumas del pasado y los vínculos culturales compartidos moldean la percepción serbia de la actual guerra en Ucrania.

Contexto Histórico: Traumas y Vínculos con Rusia

La reticencia de Serbia a secundar las sanciones contra Rusia no surge de la nada. Está profundamente arraigada en una memoria colectiva marcada por experiencias traumáticas y una percepción histórica de Rusia como aliado incondicional. Los bombardeos de la OTAN sobre Serbia durante la Guerra de Kosovo en 1999 dejaron cicatrices profundas en la psique nacional. Para muchos serbios, la intervención de la OTAN representó una agresión unilateral y una imposición de potencias occidentales.

En este contexto de desconfianza hacia Occidente, Rusia emergió como un baluarte de apoyo. La familia Grbovic, citada en el reportaje, ejemplifica esta narrativa. Sus recuerdos de las semanas pasadas refugiados en un sótano durante los bombardeos, y el recuerdo de que "la única en apoyar entonces a Serbia fue Rusia", resuenan con una parte importante de la sociedad. Esta experiencia histórica ha fortalecido la idea de un vínculo especial y una solidaridad inquebrantable entre ambos pueblos.

"La memoria colectiva de los bombardeos de la OTAN en 1999 actúa como un poderoso catalizador de la desconfianza hacia Occidente y un refuerzo de los lazos históricos con Rusia."

Las manifestaciones callejeras en Serbia, donde se corean consignas como "Serbia y Rusia, hermanos para siempre” y "Putin, Putin”, son un reflejo tangible de este sentimiento popular. Estas expresiones van más allá de una simple simpatía política; encarnan una identidad colectiva y una visión del mundo compartida. Figuras como Sreten Mijovic, un albañil de Belgrado, articulan esta postura al calificar a los ucranianos de "anticristianos" y al priorizar en su vida los pilares de Rusia, Serbia y su equipo de fútbol, el Estrella Roja de Belgrado. Esta tripleta simboliza una cosmovisión donde lo nacional, lo religioso y lo deportivo se entrelazan, formando un núcleo de identidad fuertemente asociado a Rusia.

El apoyo a Putin, en este sentido, no se limita a una aprobación de sus políticas exteriores, sino que se extiende a una admiración por su figura como líder fuerte que desafía el orden mundial percibido como hegemónico y dominado por Occidente. Esta narrativa resuena especialmente en un país que, históricamente, ha buscado afirmar su soberanía y autodeterminación frente a influencias externas.

La Perspectiva Serbia: Rusia como Aliado Histórico

La relación entre Serbia y Rusia se fundamenta en pilares históricos, culturales y religiosos. Ambos países comparten una herencia eslava y, de manera crucial, la fe ortodoxa. La Iglesia Ortodoxa Serbia y la Iglesia Ortodoxa Rusa no son solo instituciones religiosas, sino también pilares fundamentales de la identidad nacional y cultural de ambos pueblos. Este parentesco espiritual y cultural crea un sentimiento de hermandad y entendimiento mutuo que trasciende las diferencias políticas coyunturales.

Además de los lazos religiosos, la alianza histórica se ha visto reforzada por la percepción de Rusia como protector de los intereses serbios en el escenario internacional, especialmente en lo que respecta a la cuestión de Kosovo. Rusia ha vetado resoluciones en el Consejo de Seguridad de la ONU que podrían haber perjudicado la integridad territorial de Serbia, consolidando aún más la imagen de Rusia como un aliado leal.

"El vínculo entre Serbia y Rusia se cimienta en una herencia eslava compartida, la fe ortodoxa y una historia de apoyo mutuo en foros internacionales, especialmente en relación con la soberanía territorial."

Implicaciones Geopolíticas: La Encrucijada Serbia

Serbia se encuentra en una encrucijada geopolítica. Por un lado, aspira a la integración en la Unión Europea, buscando beneficiarse de sus mercados y recursos. Por otro lado, mantiene fuertes lazos históricos, culturales y sentimentales con Rusia, lo que complica su alineación con las políticas occidentales. Esta dualidad se manifiesta en su negativa a imponer sanciones a Rusia, a pesar de las presiones internacionales.

Esta posición autónoma, aunque respetada por algunos observadores como una muestra de soberanía, también genera tensiones y desafíos. La dependencia energética de Rusia y la percepción de un apoyo ruso a su integridad territorial son factores clave que influyen en la toma de decisiones de Serbia. El análisis de la geopolítica serbia requiere comprender la tensión entre sus aspiraciones euroatlánticas y sus profundas raíces históricas y culturales en el mundo eslavo y ortodoxo.

Reflexión Antropológica: Identidad y Memoria Colectiva

Desde una perspectiva antropológica, la afinidad serbia hacia Rusia en el contexto de la guerra en Ucrania es un fascinante caso de estudio sobre cómo la identidad cultural y la memoria colectiva influyen en las orientaciones políticas. Los traumas históricos, como los bombardeos de 1999, no son meros recuerdos del pasado, sino fuerzas activas que moldean la percepción presente y futura de las relaciones internacionales. La narrativa de "hermandad" con Rusia se convierte en un componente esencial de la identidad nacional serbia, un punto de referencia frente a lo que perciben como influencias externas desestabilizadoras.

Asimismo, la figura de Putin se integra en esta narrativa como un símbolo de resistencia y afirmación de la identidad nacional frente a un orden mundial percibido como amenazante. La antropología cultural nos enseña que las alianzas y enemistades a menudo se construyen sobre marcos simbólicos y emocionales tan poderosos como las consideraciones puramente pragmáticas.

La guerra en Ucrania ha puesto de manifiesto la complejidad de las alianzas en el siglo XXI, donde las narrativas históricas y los lazos culturales siguen desempeñando un papel crucial en la conformación de las políticas exteriores y las identidades nacionales.

Guía Práctica DIY: Analizando la Simbología Nacional

La forma en que Sreten Mijovic y la familia Grbovic asocian la identidad serbia con Rusia, su fe y su equipo de fútbol ilustra la importancia de la simbología en la construcción de la identidad colectiva. A continuación, presentamos una guía para analizar la simbología nacional en tu propio contexto o en el de otros países:

  1. Identifica Símbolos Clave: Investiga los símbolos nacionales más prominentes de un país. Esto puede incluir la bandera, el escudo de armas, himnos nacionales, figuras históricas importantes, monumentos, y elementos culturales como la gastronomía, la música o el deporte. En el caso serbio, la bandera tricolor, la cruz ortodoxa, el águila bicéfala (en escudos históricos), figuras como San Sava, y el club de fútbol Estrella Roja son ejemplos de símbolos potentes.
  2. Investiga su Origen e Historia: Profundiza en el origen histórico y la evolución de cada símbolo. ¿Cuándo se adoptaron? ¿Qué eventos históricos o ideologías los inspiraron? Por ejemplo, la cruz ortodoxa y la herencia eslava son fundamentales para entender el vínculo serbio-ruso.
  3. Analiza su Significado Actual: ¿Cómo se interpretan estos símbolos en la actualidad? ¿Qué emociones o ideas evocan en la población? Considera cómo se utilizan en contextos políticos, sociales y culturales. Las consignas en manifestaciones ("Serbia y Rusia, hermanos para siempre") son un claro ejemplo de cómo los símbolos se movilizan en el discurso público.
  4. Examina las Asociaciones: Presta atención a las asociaciones que la gente hace con estos símbolos. ¿Con qué otros conceptos o entidades se vinculan? En el caso de Mijovic, Rusia, Serbia y el Estrella Roja de Belgrado forman un tríptico de lealtades. Estas asociaciones revelan capas más profundas de identidad y pertenencia.
  5. Considera las Perspectivas Divergentes: Es importante reconocer que no todos los ciudadanos de un país interpretan los símbolos de la misma manera. Investiga si existen interpretaciones alternativas o contrapuntos dentro de la sociedad. Esto te permitirá tener una visión más matizada y completa.
  6. Compara y Contrasta: Si es posible, compara la simbología nacional de diferentes países, especialmente aquellos con relaciones históricas o culturales complejas. Esto te ayudará a identificar patrones y diferencias en la forma en que las naciones construyen y expresan su identidad.

Preguntas Frecuentes

¿Por qué Serbia no se une a las sanciones contra Rusia?

Serbia no secunda las sanciones contra Rusia debido a una combinación de factores históricos, culturales y geopolíticos. Estos incluyen la memoria de los bombardeos de la OTAN de 1999, la percepción de Rusia como un aliado histórico y protector, la dependencia energética y los lazos culturales y religiosos compartidos (la fe ortodoxa y el origen eslavo).

¿Qué significa la frase "Serbia y Rusia, hermanos para siempre"?

Esta frase encapsula el sentimiento de hermandad y solidaridad entre los pueblos serbio y ruso, basado en su historia compartida, su herencia eslava y su afiliación a la Iglesia Ortodoxa. Refleja una profunda conexión cultural y política que trasciende las alianzas temporales.

¿Cuál es la relación de Serbia con la Unión Europea?

Serbia ha expresado su deseo de unirse a la Unión Europea y ha iniciado el proceso de adhesión. Sin embargo, sus fuertes lazos con Rusia y su negativa a alinearse completamente con las políticas occidentales, como la imposición de sanciones, complican esta relación y generan tensiones.

¿Cómo influye la Guerra de Kosovo en la percepción serbia de la guerra en Ucrania?

Los recuerdos traumáticos de los bombardeos de la OTAN en 1999 y la percepción de una agresión occidental sin el respaldo de un aliado fuerte (como Rusia lo fue) han generado una profunda desconfianza hacia Occidente en parte de la población serbia. Esto hace que muchos serbios vean la actual guerra en Ucrania a través del prisma de su propia experiencia histórica, identificando a Rusia como un poder que se defiende de la expansión occidental.

¿Es el apoyo a Rusia universal en Serbia?

No, el apoyo a Rusia no es universal en Serbia. Si bien una mayoría significativa de la población muestra simpatía y apoyo a Rusia, existen también voces y sectores de la sociedad serbia que abogan por una mayor alineación con Occidente y la Unión Europea, y que difieren en su percepción del conflicto en Ucrania.

El análisis de la relación entre Serbia y Rusia en el contexto de la guerra en Ucrania es un complejo ejercicio que requiere la integración de perspectivas históricas, antropológicas y geopolíticas. La memoria colectiva, los lazos culturales y religiosos, y las experiencias históricas compartidas juegan un papel fundamental en la configuración de las actitudes populares y las decisiones políticas. Comprender estas dinámicas es esencial para desentrañar las complejas interconexiones del panorama internacional contemporáneo.

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