El viento es el flujo de gases a gran escala. En la Tierra, el viento es el movimiento en masa del aire en la atmósfera en movimiento horizontal. Günter D. Roth lo define como «la compensación de las diferencias de presión atmosférica entre dos puntos.».
En el espacio exterior, el viento solar es el movimiento de gases o partículas cargadas del Sol a través del espacio, mientras que el viento planetario es la desgasificación de elementos químicos ligeros de la atmósfera de un planeta
hacia el espacio. Allí, los vientos se suelen clasificar según su
dimensión espacial, la velocidad, los tipos de fuerza que los causan,
las regiones donde se producen y sus efectos. Los vientos más fuertes
observados en un planeta del sistema solar se producen en Neptuno y Saturno.
En meteorología
se suelen denominar los vientos según su fuerza y la dirección desde la
que soplan. Los aumentos repentinos de la velocidad del viento durante
un tiempo corto reciben el nombre de ráfagas. Los vientos fuertes de duración intermedia (aproximadamente un minuto) se llaman turbonadas. Los vientos de larga duración tienen diversos nombres según su fuerza media como, por ejemplo, brisa, temporal, tormenta, huracán o tifón. El viento se puede producir en diversas escalas: desde flujos tormentosos
que duran decenas de minutos hasta brisas locales generadas por el
distinto calentamiento de la superficie terrestre y que duran varias
horas, e incluso globales, que son el fruto de la diferencia de
absorción de energía solar entre las distintas zonas geoastronómicas de la Tierra. Las dos causas principales de la circulación atmosférica a gran escala son el calentamiento diferencial de la superficie terrestre según la latitud, y la inercia y fuerza centrífuga producidas por la rotación del planeta. En los trópicos, la circulación de depresiones térmicas por encima del terreno y de las mesetas elevadas puede impulsar la circulación de monzones. En las áreas costeras,
el ciclo brisa marina/brisa terrestre puede definir los vientos
locales, mientras que en las zonas con relieve variado las brisas de valle y montaña pueden dominar los vientos locales.
En la civilización humana, el viento ha inspirado la mitología, ha afectado a los acontecimientos históricos, ha extendido el alcance del transporte y la guerra, y ha proporcionado una fuente de energía para el trabajo mecánico, la electricidad y el ocio. El viento ha impulsado los viajes de los veleros a través de los océanos de la Tierra. Los globos aerostáticos utilizan el viento para viajes cortos, y el vuelo con motor lo utilizan para generar sustentación y reducir el consumo de combustible. Las zonas con cizalladura del viento provocado por varios fenómenos meteorológicos pueden provocar situaciones peligrosas para las aeronaves.
Cuando los vientos son fuertes, los árboles y las estructuras creadas
por los seres humanos pueden llegar a resultar dañados o destruidos.
Los vientos pueden dar forma al relieve a través de una serie de procesos eólicos como la formación de suelos fértiles (por ejemplo, el loess) o la erosión. El polvo de desiertos
grandes puede ser movido a grandes distancias desde su lugar de origen
por los vientos dominantes, y los vientos que son acelerados por una topografía agreste y que están asociados con tormentas de polvo
han recibido nombres regionales en diferentes partes del mundo debido a
su efecto significativo sobre estas regiones. El viento afecta la
extensión de los incendios forestales.
También dispersa las semillas de determinadas plantas, y hace posible
la supervivencia y dispersión de estas especies vegetales, así como las
poblaciones de insectos voladores. En combinación con las temperaturas frías, el viento tiene un efecto negativo sobre el ganado. El viento afecta las reservas de alimento de los animales y sus estrategias de caza y defensa.
Comentarios